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Los estilos de liderazgo

¿Cuál es el tuyo?


Los estilos de liderazgo definen con que patrones operan las personas más influyentes de las empresas. De manera general se conocen hasta 6 maneras básicas de liderar en una compañía. Como veremos, todos y cada uno de ellos tienen momentos en los que pueden ser malos y otros en los que pueden ayudar a salvar el destino de la empresa.





“El Autoritario”


Estamos acostumbrados a oír en los medios que ciertos países son gobernados por regímenes autoritarios. Automáticamente, asociamos connotaciones negativas a ese tipo de gobiernos. ¿Qué adjetivos os vienen a la cabeza si hablamos de Kim Jong-un? ¿Y del difunto Augusto Pinochet en Chile?... Sin ánimo de entrar en la arena política y para centrarnos en la empresa, quizás te sorprenderá saber que en este último contexto el estilo autoritario no es siempre una mala opción.


Hay situaciones de crisis mayor, en las que una única voz con autoridad puede ser un buen recurso. La famosa crisis del Tylenol en Johnson & Johnson por una intoxicación de cianida en sus cápsulas. Ante una situación tan delicada el laboratorio optó por poner todo el peso en dos líderes con máxima autoridad, ellos ordenaban, el resto ejecutaba sin cuestionar. Una única voz para el departamento de comunicación, para la comunicación externa y una única voz interna en el departamento de Calidad para resolver el detalle del incidente. Esta aproximación autoritaria, de conceder el poder absoluto a dos líderes dio buenos resultados. A nivel interno se pudo aislar el origen de la intoxicación y asegurar los medios para que no volviese a ocurrir. A nivel externo la comunicación clara y transparente permitió con el tiempo recuperar la confianza total de los médicos y pacientes. La alternativa «democrática» a esta misma situación habría resultado en una sinfonía de opiniones totalmente contra productiva de cara al público y retrasado el diagnóstico interno del origen de la contaminación.


No es ningún secreto que el liderazgo autoritario es el que presenta más inconvenientes y el menos deseable en el largo plazo. Si alguna vez lo has experimentado en tus carnes, seguro que tienes ya en mente un buen par de razones para detestarlo como opción de gestión de equipos.


El líder autoritario, exige obediencia inmediata de sus subordinados, no hay espacio para la contribución individual y eso termina destruyendo la creatividad. Se produce un cóctel explosivo cuando esta tendencia se combina con el micro-management , es decir, monitorizar todas y cada una de las acciones del empleado sometiéndolo a un escrutinio exhaustivo.


Un entorno ideal en el que contemplar los diferentes estilos de liderazgo en todo su esplendor se encuentra en la música, si bien puede parecer algo alejado de la industria farmacéutica, encontramos en los directores de orquestra todos los matices que definen cada uno de los estilos. Para ilustrar el manejo autoritario tenemos al aclamado director italiano, Ricardo Mutti. Merece la pena repasar su biografía si se quieren ver las dos caras de la moneda del líder autoritario. Durante sus inicios dirigió de manera extraordinaria la orquesta de Nueva York, conseguía grandes resultados, exprimiendo todo el talento de sus músicos. Con el tiempo, estos se dieron cuenta de que actuaban bajo el miedo a la represalia de tocar una nota desafinada. Otros músicos denunciaban que su voz propia se veía silenciada por Mutti. El mal ambiente en el equipo fue in crescendo y terminó con el despido del director.




“El visionario u orientador”


Este es el perfil de líder que construye en base a una visión, son soñadores, pero están determinados a que las personas del equipo les acompañen en este viaje. Construyen un ambiente positivo en el clima de la empresa, motivando a los trabajadores a trabajar por un objetivo. Para continuar en el ámbito musical, el conductista Leonard Bernstein fue reconocido por un marcado estilo visionario. Es también conocido en el entorno Tech el caso de Steve Jobs que combinaba un estilo visionario muy potente con dejes autoritarios.





«El afiliativo o conciliador»


Son personas que buscan crear armonía y que fomentan las relaciones. Su especialidad es poner contacto a las personas adecuadas para hacer avanzar un proyecto. Su lema se podría definir como «las personas, primero». El líder conciliador es además flexible, no impone la forma de proceder para conseguir los objetivos. Trabaja también en mantener la moral y motivación de su equipo alta. Se podría decir de ellos que son los mejores en trabajar el networking. Algunos tenemos la imagen mental del networking como eventos o cocktails incómodos en los que hablar forzadamente con desconocidos. Nada más alejado de la realidad, el buen networking, como su nombre indica consiste en construir redes entre las personas, en identificar necesidades compartidas y unir los puntos.


El director austríaco Herbert von Karajan lideraba con este estilo. Fue conocido también por haber participado en el desarrollo del primer CD (Compact Disc). Fue él quien tuvo el honor de grabar el primer CD, registrando la Sinfonía Alpina de Richard Strauss. Por muy chocante que pueda sonar, en contraste con su estilo de liderazgo, Karajan perteneció al partido nazi entre 1933 y 1945, periodo en el que dirigió con éxito la Orquesta Filarmónica de Berlín.



«El participativo o democrático»


Su modus operandi se caracteriza por crear consenso a través de la participación. Frases como «¿qué piensas tú al respecto?», hacen parte de su diccionario habitual. Este estilo funciona mejor cuando se busca fomentar al máximo el compromiso del equipo y se persigue que los empleados de más talento aporten valor. Este perfil de líder es incompatible con momentos de incertidumbre alta o crisis en la empresa, cuando una multitud de voces simultáneas pueden hacer descarrilar el proyecto. En cualquier caso, el impacto en el clima laboral de un estilo participativo es normalmente positivo.


El venezolano Gustavo Adolfo Dudamel es conocido por liderar con estilo participativo. Merece la pena ver su performance delante del ex-Papa Ratzinger, dirigiendo la 9ªsinfonía de Dovrak. Se puede observar su total sincronía con los músicos, bajo la atenta mirada de Benedicto XVI.



«El exigente»


A menudo confundido con el estilo autoritario ̶es lógico pues a menudo estos estilos se combinan en una misma persona ̶. Este líder fijará unos altos estándares de exigencia, que predicará con su propio ejemplo. Dado el momento podría decir simplemente «haz como yo». Difícilmente acepta los errores en la ejecución.


«El desarrollador o coach»


Junto con el visionario, es el estilo de liderazgo con mayor impacto positivo en la organización. Suyas son palabras como «¡inténtalo de nuevo!» o «¡tú puedes!». Es bueno identificando las fortalezas y debilidades de cada miembro de su equipo, desarrollando planes específicos para potenciar la mejora y modular las debilidades.


La combinación perfecta


Lo cierto es que los mejores líderes no practican un mismo estilo de liderazgo todo el tiempo. Alternan, según el momento de la empresa y el estado anímico de su equipo, un estilo u otro.


En el mundo del liderazgo, una misma fórmula, aplicada todo el tiempo, no funciona. Si bien es cierto que los estilos de management de tus líderes pueden ir variando, sus rasgos de personalidad deberían permanecer estables. Pues pocas cosas desgastan más a un equipo que un líder impredecible.


En conclusión, sin existir una fórmula o receta perfecta, combinar estilos de liderazgo adecuados al momento y ajustar el tono de comunicación a la personalidad que tenemos delante serían buenas bases para cimentar un liderazgo efectivo.


Si aún no has votado, te animo a participar en la encuesta que hemos lanzado en LinkedIn sobre liderazgo.



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